lunes, 23 de marzo de 2015

Higiene de la nariz y los oídos

Tanto la nariz como los oídos tienen su propio sistema de limpieza por lo que no debemos obsesionarnos ya que no deberían ser limpiados en exceso, solamente cuando detectemos que es necesario como por ejemplo cuando nuestro bebé esté congestionado.


La nariz es el órgano que además de ser receptor del olfato, acondiciona el aire para que llegue en las condiciones óptimas a los pulmones. Por esto es necesario la producción de moco, que sirve de lubricante, de filtro para el aire.
Cuando se encuentra con un exceso de mucosidad, y sólo en ese caso, deberemos utilizar suero y aspirador nasal para limpiar la nariz del peque. A veces solamente con el suero ya logramos una buena limpieza.
Hay varios aspiradores nasales. Uno es del tipo que muestro en la foto; es el que yo uso normalmente porque me parece más práctico y porque es menos agresivo para la nariz del bebé.
Y el otro tipo de aspirador nasal serían las típicas "peras" de toda la vida. Que suelo tener una en casa para emergencias, por si se me acaban los repuestos del anterior aspirador.
Es conveniente que después de cada uso se lave bien el aspirador, con agua hervida, para evitar alguna posible infección del niño/a.

Los oídos, al igual que la nariz, tienen su propio sistema de limpieza y protección con la cera. No debemos por tanto hacer especial cuidado, simplemente lavarlos en el baño diario y secarlos bien con una toalla.
Como pauta importante recordad que no debemos usar bastoncillos, a pesar de que venden unos especiales para bebés, no son aconsejables.

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