A partir de los 12 meses se debe iniciar progresivamente la introducción de alimentos de textura más gruesa para que se vaya acostumbrando a tomar alimentos troceados.
El objetivo es que entre los 18 y 24 meses el niño/a tome alimentos troceados.
Poco a poco habrá que ir pasando del plato único a una comida compuesta por:
- primer plato: verduras, patatas, sopa, purés, etc.
- segundo plato: carne, pescado, huevo...
- y finalmente un postre.
Se trata de una etapa madurativa importante en la que habrá que poner especial cuidado en la conducta alimenticia del niño/a.
La próxima entrada de este apartado de alimentación tratará sobre las dificultades que os podéis encontrar los padres y madres con respecto a las conductas alimenticias, y cómo sobrellevarlos.
De momento os dejo unas pautas para que la dieta de nuestro peque sea equilibrada:
- Leche y derivados lácteos: 500-600 ml al día, o productos como el queso y el yogurt.
- Carne, pescado y huevos: en esta edad el niño/a ya está preparado para digerir y absorver cualquier tipo de carne, pescado o huevo.
- Cereales: se pueden administrar para el desayuno o en papillas. También el arroz entero cocido como acompañamiento de algunos platos.
- Verduras, frutas y legumbres: pueden ser frescas o congeladas. Las frutas preferiblemente frescas y maduras.
A partir de los dos años: el niño/a debe hacer cuatro comidas al día: desayuno, comida, merienda y cena. Y en algunos casos se le puede dar un suplemento lácteo en forma de leche con galletas antes de acostarse.
Y recuerda que...
- La ración: debe ser apropiada para su edad, ajustada a las necesidades nutricionales de los niños/as.
- Dieta variada: evitando la monotonía y acostumbrando al niño/a a sabores, olores, formas y texturas diferentes.
- Presentación: en forma atractiva para hacer más divertido el acto de comer.
- Menús semanales: es conveniente confeccionar los menús para conseguir un plato que cubra el 50% de las necesidades alimentarias y que se complemente con un primer plato y un postre.
- Qué incluir: a diario productos como leche, huevos, patatas, hortalizas, cítricos, fruta y pan. Incorporando pescado cuatro días a la semana, carnes tres días a la semana y dos veces por semana arroz y pastas.
- Qué evitar: las carnes grasas, los quesos fuertes y todo alimento excesivamente especiado y condimentado.
- En casa: es importante saber lo que comen nuestros peques en las escuelas para complementar correctamente la cena.
Por último os animo a que evitéis el abuso de refrescos, de alimentos con exceso de grasas y azucarados ya que no favorecen el crecimiento ni el aprendizaje de hábitos alimenticios saludables.
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